Descubriendo un nuevo mundo (libre)

Caminé con paso vago sobre el piso de madera que cubría el suelo del Hall. Todo un lujo. Metí las manos en mis bolsillos y heché una ojeada a todo mi alrededor, ventanas enormes que daban paso a una buena iluminación, cortinas de colores suaves... Demasiado pijo todo esto, ¿dónde me he metido?, pensé. Avisté unas escaleras que conducían a una plataforma y allí me senté, metí mi mano derecha en el bolsillo del pantalón vaquero y saqué mi cajetilla de cigarrillos y un mechero, encendí uno y le di unas largas caladas.

Me levanté de un salto y examiné los pinceles de madera que habían caido en mis pantalones vaqueros por accidente. De un momento a otro, abandoné mi tranquilidad junto a mi cigarrillo para escuchar un par de botas, una chica que me miraba con asco y otra quien casi no se había matado por las escaleras. Adopté expresión chulesca casi sin darme cuenta, <<las tías se me tiran encima según me ven, adoro esta academia>> Le dí otra calada y arrojé el humo en dirección a la chica morena. Después posé mi vista en la rubia, de devolví uno de los pinceles y allí me quedé, esperando a que aquellas chicas se presentaran como Dios manda.

Miré a la chica rubia, por fin alguien había demostrado un poco de educación.
-Me llamo Billie Pavlichenko, encantado.-Hubiese esperado burlas y chistes malos por mi nombre, o incluso por mi apellido, pero permanecí pasivo.-Una lástima que no se pueda fumar.-Miré de mala gana a la chica morena. Guardé el mechero con el cual no paraba de jugar en mis manos junto a la cajetilla de garrillos, intentando no sucumbir a la tentación.

Miré de arriba a abajo al chico que se había "incorporado" a la conversación tan extraña que estábamos teniendo. La chica rubia, cuyo nombre desconozcía, me hizo una pregunta, tardé en prestarle atención ya que estaba intentando imaginarme el perfil verdadero de todos los que me rodeaban. Al poco rato, capté la pregunta y me apresuré a responder.
-Sí, nunca antes había entrado en esta academia.-Seguía a mi tema, a punto de no largarle una palabra malsonante delante de la palabra academia. Me crucé de brazos y apoyé mi peso sobre la pierna contraria, esta vez; la derecha. Las ganas de nicotina se me hacían exesivamente pesadas.

Me encogí de hombros y me despedí con la mano izquierda, mientras con la derecha cogía con prisa el cigarrillo que me ofrecía el chico que tenía delante. Las manos casi me temblaban.
-Gracias, gracias.-Dije mientras me lo ponía en la boca y sacaba a la velocidad del rayo, mi mechero del bolsillo y lo encendía. Después de darle una laaarga calada, logré sofocar los nervios.
-Uf.-Resoplé y guardé el mechero en el bolsillo. No era alguien de palabras, así que intenté sacar tema lo mejor que pude.
-Explícame como va esto de la academia.-Le dí otra calada mientras le miraba a los ojos, volviendo a imaginarme su forma de ser y no prestando nada de atención a lo demas.

Rompí a carcajadas ante las descripciones que me estaba ofreciendo, tuve que apartar el cigarrillo de mi boca al estar a punto de caerse.
-Supongo que lo típico de todas las academias.-Sonreí de buena gana. Hacía tiempo que no lo hacía y me sentí estupido por ello, la borré rápidamente de mi cara y le di una larga calada al cigarrillo.
Nunca me había gustado estudiar, mayormente por la poca costumbre. A los 3 años, mientras los otros niños comenzaban con las vocales yo aprendía a liar porros. Me dí asco por un momento, después descubri la monotonía de ese sentimiento y lo dejé de lado.

-Me llamo Billie Pavlichenko, encantado.-Dije al cabo de un rato, después de unos segundos conmigo mismo, tendría que mostrar educación, o eso decían las señoras de mi barriada.

-No veo nada que me interese.-Se me había gastado el cigarrillo que tenía entre los dedos, lo tiré a una de las esquinas y saqué otro. Si seguía así acabaría gastantome millones en cajetillas que se me gastaban en un suspiro. Con mucha fuerza de voluntad lo volví a guardar.
Axel Amstrong. Puse los pies en la tierra, el típico chico que va buscando alguna idiota que caiga en sus redes, y encima fumaba. Quizás me podría servir, el término amigos es demasiado importante para alguien que sólo te ha dicho su nombre y poco más.
-Aunque el nivel de por aquí es bueno.-Dije curvando los labios a modo de sonrisa. Asocié su manera de hablar con que tendría algún rollo con la chica rubia.

Hice un gesto indiferente.
-¿Hay algo que pueda ser de utilidad en esta Academia?-No, nunca le comentaría tan deliberadamente mi afán por la fotografía. Quizás se lo dejase caer de forma disimulada, hacía tiempo que no tenía una buena cámara en mis manos, justo en el momento que mi cámara voló de mis manos me vi podrido en la miseria, me habían hechado del único trabajo que me sustentaba.
Abrí la boca a punto de preguntarle por ese tema, pero callé rápidamente.